EL VATICANO Y LA GRAN RAMERA

 

LOS PRIMEROS PAPAS.


El pontificado inicia con Constantino (272-337), quien se erigió como papa y emperador a la vez (Político-Religioso)  por allá en los años 3o6-337 dC. Aunque la iglesia Católica diga que el Apóstol PEDRO fue el primer papa, esa aseveración no tiene asidero, ya que eso es una vulgar mentira, su argumento esta basado  en las palabras que le dirigió Jesús: «Tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi Iglesia, y el poder de la muerte no prevalecerá contra ella. Yo te daré las llaves del Reino de los Cielos. Todo lo que ates en la tierra, quedará atado en el cielo, y todo lo que desates en la tierra, quedará desatado en el cielo» (Mateo 16:18-19).

 

No olvidemos que el APÓSTOL PEDRO murió por allá en los años 67 dC, él murió sin saber que fue nombrado papa.....les pregunto: ¿Por que lo mataron de la forma que lo hicieron si era un papa fundador de la iglesia católica romana? esa es otra MENTIRA del imperio idolatra, para camuflar sus actos diabólicos, PEDRO fue crucificado con la cabeza hacia abajo por PREDICAR a JESÚS CRISTO resucitado.

 

Los invito a investigar todo aquello que rodeo cada pontificado y se encontrará usted con atrocidades como la Sodomía, la pedofilia, asesinatos a familiares, orgías y adoraciones a ídolos y dioses paganos y todo por acceder al poder económico.

 

En la antigüedad, el territorio que conforma la actual Ciudad del Vaticano, al oeste del río Tíber, era conocido como el Ager Vaticanus (campos del vaticano). Algunos historiadores afirman que sus primeros habitantes fueron integrantes de un antiguo pueblo etrusco llamado Vaticum y de allí su nombre, otros que la palabra proviene del latín vates (adivino), y que antiguamente existía una colina denominada Vaticano en la que pululaban adivinadores y magos que presagiaban el porvenir de transeúntes ocasionales.

 

Debido a la persecución de cristianos y la destrucción en Roma de todos los escritos de la Iglesia llevadas a cabo por el emperador Dioclesiano en el año 303, hoy quedan muy pocos rastros de la presencia de los primeros cristianos en la zona.

 

El emperador Constantino el Grande (307-337) instauró la paz con la Iglesia, permitiendo que el cristianismo saliera de la clandestinidad y obtuviera un estatuto jurídico privilegiado, antes reservado a los paganos.

 

En el siglo IV, al pie de la Colina Vaticana se comenzó a edificar lo que luego sería la Basílica de San Pedro. Según testimonios arqueológicos, allí fue enterrado el primer papa. Los pontífices medievales compraron el territorio y luego se mandó construir un puente, el Pons Aelius, para comunicarla con Roma.

 

Su arquitectura paisajística y edilicia fue desarrollada de acuerdo al gusto de los papas de turno. Los pontífices pasaron a ser los gobernantes de la ciudad de Roma y de las zonas circundantes.

En el año 756 este dominio fue oficialmente cedido al papa Esteban II por Pipino el Breve, monarca de los francos, como agradecimiento por haberlo nombrado rey. Sus posesiones se fueron ampliando a través de donaciones, adquisiciones y conquistas y, de esta forma, los futuros Estados Pontificios, legalmente establecidos por Carlomagno en el siglo IX, llegaron a abarcar prácticamente toda la zona central de Italia.

 

En el año 847, el papa León IV ordenó levantar una gran muralla, de nombre «Leonina», para defender al Vaticano de los ataques sarracenos. Esta construcción transformó la zona de San Pedro en un recinto amurallado. Protegía la gran Basílica y sus tesoros, las iglesias menores, los monasterios, las casas del clero y de acogida de peregrinos, los huertos de los residentes. Al mismo tiempo, convertía a la ciudad en un distrito sui generis.

 

Durante el período 1309-77, los papas residieron primariamente en Avignon, debido a las constantes disputas facciosas en Roma. Presionado por Felipe IV de Francia, el papa Clemente V mudó la capital pontificia a Avignon, que entonces pertenecía a los vasallos del papa y que en 1348 se convirtió en propiedad pontificia. Los siete papas del período fueron franceses, así como 111 de los 134 cardenales.

Luego de que Gregorio XI restableciera la capital pontificia en Roma, Clemente VII lideró a los cardenales que en 1378 declararon inválida la elección de Urbano VI y fue electo antipapa en 1378, ocupando el trono vacante en Avignon. Europa se dividió en el apoyo a ambos contendientes y, en tanto Francia favoreció a Clemente, Inglaterra apoyó a Urbano, un diferendo que continuaría en la Guerra de los Cien Años entre ambas coronas (1337-1453) y abriría el período conocido como el «Gran Cisma» (finalizado en 1417), en el que se sucedieron los nombramientos de antipapas.

 

La mayor parte de las anexiones al territorio del Vaticano se mantuvieron bajo poder del papado hasta 1797, año en que Napoleón Bonaparte se apoderó de este territorio, creando la República Romana.

En 1801 el papa Pío VII recuperó parte de su poder, y en 1815 el Congreso de Viena, tras la caída de Napoleón, restituyó casi todas las antiguas posesiones al papado.

 

En 1869 se celebró el primer Concilio Vaticano en el que se decretó el dogma de la infalibilidad del papa. Un año después, los Estados Pontificios se disolvieron definitivamente cuando Víctor Manuel II los anexó al reino unificado de Italia, incluida Roma. La jurisdicción del papado quedó reducida al Vaticano, en el que cada uno de los sucesivos pontífices permaneció como prisionero voluntario en protesta. Este encierro voluntario continuó hasta 1929 cuando, en virtud del Tratado de Letrán entre la Santa Sede y el Reino de Italia –gobernado entonces por Benito Mussolini– se reconoció la soberanía y personalidad jurídico-internacional del Estado de la Ciudad del Vaticano. Este estado se constituyó como un ente distinto a la Santa Sede (el segundo es el órgano de gobierno de la Iglesia Católica, y el primero el territorio físico sobre el que se ejerce ese gobierno). Se logró así la consolidación de la autoridad política del sumo pontífice.

 

A lo largo de los siglos, y especialmente durante el Renacimiento (siglo XIV-siglo XVII), el mecenazgo papal convirtió al Vaticano en uno de los más importantes centros culturales del mundo. En arquitectura destacan la Basílica de San Pedro, la Capilla Sixtina –en el Palacio Papal– decorada con frescos de Miguel Angel, Boticelli y otros artistas, y las Estancias de Rafael, así denominadas por las pinturas murales del artista.

 

El papa Pío XII aplicó al extremo la definición de «neutralidad» del Vaticano durante la Segunda Guerra Mundial, provocando críticas hasta la actualidad por su relación con la Alemania de Hitler y, en particular, por el conocimiento del Vaticano del Holocausto y su nula respuesta a lo que se perpetraba.

 

En 1982, el hallazgo, en Londres, del cadáver del banquero Roberto Calvi, determinó que el Banco Ambrosiano –importante banco del que él era único propietario– colapsara, quedando al descubierto un «agujero negro» en su balance de 1.300 millones de dólares. Una gran parte de este capital perdido fue encontrado posteriormente en cuentas pertenecientes al Banco del Vaticano. La muerte de Calvi –«el banquero de Dios»– reveló una red que incluía masonería, mafia y fraude en el Vaticano.

 

Los recursos económicos del Estado provienen, en su origen, de la inversión financiera de los 1.750 millones de liras que el Tratado de Letrán estableció como indemnización por los territorios perdidos en 1870, y de donaciones de todo el mundo, en especial EE.UU. y Alemania.

 

Durante la última década del siglo XX, numerosos escándalos por denuncias contra sacerdotes pedófilos sacudieron al Vaticano. Las víctimas recibieron un total de 119.6 millones de dólares por daños, el mayor resarcimiento otorgado en la historia en casos de abuso sexual.

 

En abril de 2005 Juan Pablo II –que desde hacía diez años sufría mal de Parkinson y artritis– falleció, luego de una larga agonía, por un colapso cardio-circulatorio.

 

Con el nombre de Benedicto XVI, asumió el cardenal alemán de 78 años Josef Ratzinger, quien había estado por décadas a la cabeza de la Congregación de la Doctrina de la Fe –sucesora de la Inquisición.

En abril de 2006, un cardenal anunció que el Vaticano estaba dispuesto a autorizar en los próximos meses el uso del condón entre católicos que padecieran enfermedades de transmisión sexual –especialmente VIH/SIDA–. Hasta entonces, el mensaje de la Iglesia había sido que la mejor prevención era la abstinencia sexual.

 

En setiembre el Papa ofendió gravemente al mundo islámico cuando citó la opinión de un emperador cristiano del siglo 14 de que el profeta Mohamed había traído sólo “cosas malas e inhumanas al mundo”. Aunque el Papa se disculpó pero, como consecuencia, un religioso italiano fue asesinado en Somalia y varias iglesias fueron atacadas en Palestina.

 

Las indemnizaciones por casos de abuso sexual contra jóvenes feligreses que debió pagar la diósesis de Washington, Estados Unidos, en enero de 2007, fue de casi 50 millones dólares. En julio, la de Los Ángeles desembolsó 660 millones que se repartieron entre las 500 víctimas de los curas pedófilos.

                  

LOS PEORES PAPAS

A continuación se enumeran unos de los peores papas de la historia:

1-Sergio III (904-911)

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Conocido como “esclavo de todos los vicios” por sus cardenales, llegó al poder tras asesinar a su predecesor y tuvo un hijo con su amante adolescente, treinta años más joven que él, la prostituta Marozia; el hijo ilegítimo de la pareja pasaría a ser el papa siguiente. Los más altos puestos del Vaticano se adjudicaban mediante subasta, como si fueran baratijas, y el papado inició su “siglo oscuro”.

2-Benedicto IX (1032-1048)

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Escandalizaba continuamente incluso a sus cardenales más curtidos pervirtiendo a niños de corta edad en el palacio de Letrán. Arrepentido de sus pecados, abdicó para retirarse a un monasterio, pero cambió de parecer y volvió a ocupar el cargo. Era “un desdichado que festejaba la inmoralidad – escribió san Pedro Damión -, un demonio del infierno disfrazado de sacerdote”.

3-Juan XII (955-964)

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A sus dieciséis años, fue acusado de acostarse con sus dos hermanas y de la invención de un catálogo de  vergonzosos nuevos pecados. Descrito por un historiador de la Iglesia como “la escoria misma”, murió a los veintisiete años, cuando el marido de una de sus amantes irrumpió en su dormitorio, le descubrió in fraganti y le destronó el cráneo con un martillo..

4-Bonifcacio VIII (1294-1303)

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Después de masacrar a la población entera de la ciudad italiana de Palestrina, se dio a arreglos con una mujer casada y la hija de esta y adquirió renombre en toda Roma como pedófilo desvergonzado. Proclamó en célebres palabras que mantener relaciones sexuales con niños no era más pecaminoso que frotar una mano contra la otra, lo cual debería servir para nombrarle patrón de los sacerdotes de Boston de nuestros días. El poeta Dante reservó un lugar para él en el octavo círculo del infierno.

 5-Clemente VI (1342-1352)

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Toda apariencia de decoro se abandonó cuando el papado se trasladó a Abiñón, en el sur de Francia, durante setenta y cinco años. El poeta Petrarca impuso al bon vivant Clemente VI el nombre de Dionisos eclesiástico por el número de amantes y la gravedad de su gonorrea. A su muerte, cincuenta sacerdotes ofrecieron la misa por el reposo de su alma durante nueve días seguidos, pero el ingenio francés concluyó que esto no era ni mucho menos suficiente

6-Sixto IV (1471-1484)

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Instalado de nuevo en Roma, el papado alcanzó su verdadero punto más bajo en el Renacimiento (El historiador de la Iglesia Eamon Duffy compara Roma con el Washington de Nixon, “una ciudad de putas por cuenta de la empresa y chanchullos políticos”.) Sixto IV, que construyó la Capilla Sixtina, tuvo seis hijos ilegítimos, uno de ellos con su hermana. Recaudó un impuesto eclesiástico sobre las prostitutas y cobraba a los sacerdotes por tener amantes, pero sus detractores sostenían que con esto lo único que conseguía era que aumentara la prevalencia de la homosexualidad en el clero.

7-Inocencio VIII (1484-1492)

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Este pontificado es recordado como la Edad de Oro de los Bastardos: reconoció a ocho hijos ilegítimos y se sabe que tuvo muchos más, aunque entre amorío y amorío encontró tiempo para poner en marcha la Inquisición. En su lecho de muerte ordenó que una bonita ama de cría le diera leche fresca de su pecho.

8-Alejandro VI (1492-1503)

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El despiadado Rodrigo Borgia, que adoptó el nombre de Alejandro VI, presidió más orgías que misas, escribió Edward Gibbon. Uno de los platos fuertes de su carrera fue la “Justa de las putas” de 1501, en la que se invitó a cincuenta bailarinas a desvestirse lentamente en torno a la mesa del papa. Alejandro y sus parientes arrojaban con regocijo castañas al suelo, y obligaban a las mujeres a postrarse a sus pies como si fueran cerdos; después ofrecieron premios en forma de finos ropajes y alhajas para el hombre que pudiera fornicar con el mayor número de mujeres. Otro de los pasatiempos de Alejandro era ver copular a los caballos, lo que le hacía “desternillarse de risa”. Tras su muerte -, el cuerpo de este papa fue expulsado de la basílica de San Pedro por considerarlo demasiado malvado para ser enterrado en suelo sagrado.

9-Julio II (1503-1513)

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Es recordado por haber encargado a Miguel Ángel los frescos del techo de la Capilla Sixtina. Fue también el primer papa que contrajo el “mal francés”, la sífilis, de prostitutos de Roma. El Viernes Santo de 1508 no pudo dejar que los fieles le basaran los pies por tenerlos completamente cubiertos de úlceras de la sífilis.

10-Julio III (1550-1555)

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El romántico recalcitrante Julio III se enamoró de un joven y apuesto mendigo a quien vio peleándose en la calle con el mono de un vendedor ambulante. El papa nombró cardenal a aquel golfillo analfabeto de diecisiete años, lo que inspiró un poema épico, “En elogio de la sodomía”, escrito probablemente por un arzobispo descontento, dedicado en su honor.

LA BESTIA

 



AQUÍ COMIENZA APOCALIPSIS 17 (Resurrección de JUAN PABLO II)

259. Pio XI                                (1922)

El tratado de Letrán buscaba terminar con los desacuerdos entre la república italiana y la Santa Sede, iniciados durante el siglo XIX cuando la iglesia perdiera la mayor parte de sus estados pontificios durante las guerras de unificación italiana, impulsadas por Víctor Manuel II.

 

El cardenal Pietro Gasparri , en nombre del Papa Pío XI, y Benito Mussolini, secretario de estado del Santa Sede el primero y primer ministro de Italia el segundo, idearon tres acuerdos diferentes: el primero reconocía a la Santa Sede como estado independiente y soberano, naciendo así el Estado de la ciudad del Vaticano.


Un segundo acuerdo pactaba un concordato entre el gobierno italiano y la iglesia, fijando los límites en sus relaciones civiles y religiosas. El tercer pacto otorgaba a la iglesia una compensación económica por las pérdidas sufridas en 1870. Su área es de 44 hectáreas.


260 Pio XII                                 (1939-1958)
261. Juan XXIII                        (1958-1963)
262. Pablo VI                             (1963-1978)
263. Juan Pablo I                      (1978) Fue asesinado a los 33 días de haberse declarado papa.
264. Juan Pablo II                    (1978-2005) La Bestia resucitará (Subirá del abismo)Este es el 6°y será el 8°
265. Benedicto XVI                  (2005- 2013) (Apocalipsis 17:10 Durara breve tiempo) Abdico siendo el 7°
266. Francisco                           (2013-   )  Como no murió el anterior este es sigue siendo el 7°
277. Juan Pablo II                         Este sera el 8°           Corto reinado (Apo 17:11) 3,5 años

Visita a través de webcam la tumba del Beato Juan Pablo II


Ya es posible visitar la tumba del beato Juan Pablo II desde cualquier parte del mundo.  

Los fieles de todo el mundo podrán rezar ante la tumba del Papa Juan Pablo II a través de este sitio web, que ofrece la retransmisión del sarcófago del beato, situado en la capilla de San Sebastián de la basílica de San Pedro, en el Vaticano.

La imagen ofrecida es actualizada cada dos minutos.

Las imágenes de la tumba del beato se suman así a otras tantas que retransmite el sitio web vaticano, como las de la cúpula de la basílica de San Pedro, una vista panorámica de Roma desde el Vaticano, el Palacio de Gobierno del Vaticano, la plaza de San Pedro y Castel Gandolfo.